sábado, 15 de noviembre de 2008

Persona "non grata"-Enrique del Val Blanco‏

Sorprende la falta de tacto político del gobierno mexicano al haber recibido al presidente de Colombia, señor Álvaro Uribe, cuyo gobierno asesinó a mansalva a cuatro ciudadanos mexicanos en una incursión militar a territorio ecuatoriano, denunciada por este último, rompiendo relaciones diplomáticas.
El señor Uribe no sólo no ha pedido disculpas, ha justificado tal asesinato. No contento con ello ahora, en visita a nuestro país, en una reunión con el siniestro personaje de la política mexicana, el señor Fox, se dio el lujo de inmiscuirse en asuntos de nuestro país, al opinar y preguntar sobre el Ejército Popular Revolucionario (EPR), a lo que el locuaz señor Fox se permitió afirmar que “son grupos muy pequeños y dispersos”, lo cual confirma su sensibilidad y alta capacidad en asuntos políticos.
A esa reunión, celebrada en Guanajuato, asistieron el gobernador del estado, su secretario de gobierno, miembros de la Coparmex y de un membrete —según se comenta, ligado al nefasto Yunque panista— que es encabezado por el señor Antonio Ortega, a quien el señor Uribe, después de darle un gran abrazo, le dijo que ellos eran “sus socios en el combate al terrorismo”, ni más ni menos. Tampoco se entiende la presencia del señor Uribe en Monterrey, en la llamada Cumbre de Negocios, donde estuvo al lado del gobernador y dirigentes empresariales. Ahora resulta que no sólo no protestamos por sus acciones belicosas, sino que nos dará tecnología para desarrollar proyectos en México.
Recientemente han salido a la luz las bestialidades cometidas por el Ejército colombiano en contra de su población. Hay cerca de mil denuncias por ejecuciones y desapariciones forzadas, todas ellas realizadas por elementos castrenses. El método era muy claro y creían que nunca se sabría: reclutaban jóvenes colombianos que, bajo el señuelo de encontrar trabajo, ingresaban a sus filas para después ser asesinados y presentados como combatientes de las FARC. El escándalo es de tal naturaleza que obligó al gobierno colombiano a realizar una purga de militares desde altos mandos.
Efectivamente y gracias a las recompensas existentes en ese país, cualquiera que mate guerrilleros obtiene jugosos ingresos, a partir de la vida de sus compatriotas. Ahora el señor Uribe les hace un llamado para que sigan combatiendo “con transparencia y respeto a los derechos humanos”, como lo hizo en la incursión a Ecuador, matando mexicanos.
El combate a la guerrilla no puede basarse en el asesinato de inocentes. Eso ha pasado y pasa en Colombia y de ninguna manera puede ser ejemplo de cómo contender con dicho fenómeno. Por ello, es lamentable que se haya recibido a ese señor en nuestro país, sin que tengamos la menor noticia de que se le haya cuestionado por los crímenes avalados por él.
Hay que estar muy atentos a lo que se quiera hacer en México en el combate a los fenómenos que violan nuestras leyes para nunca caer también en la violación de las mismas. Nos pasaría lo que actualmente sucede en Colombia, que no es ejemplo alguno para cualquier país que se llame democrático.
Si quiere lavar su imagen aquí, que primero pida disculpas y enjuicie a los militares que asesinaron a nuestros conciudadanos. Por eso reiteramos: el señor Uribe, presidente de Colombia, es una persona non grata en nuestro país.
Analista político y economista

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