jueves, 19 de junio de 2008

Cuba: socialización informática‏

(tomado de Cubahora (Holguin), 20 de mayo de 2008) Cuba: socialización informática Por Mildred Legrá Colón Que un país gaste millones de dólares para universalizar el acceso a lainformática y a Internet, es un prodigio y una realidad que no se da enmuchos países. Cuba es un ejemplo de ese atributo revolucionario. En esta pequeña isla del caribe estudiantes de diferentes enseñanzas tienenacceso a las nuevas tecnologías, cada escuela está equipada con un aula deinformática. En algunas como las Escuelas de Trabajadores Sociales y laUniversidad de las Ciencias Informáticas, cuentan con un equipamiento de laúltima generación. A modo de ejemplo se pueden mostrar cifras que ilustran el programa cubanode socialización de la informática, que involucra al pueblo en un ordenado ymasivo proceso de las tecnologías comunicativas, un logro indiscutible sitenemos en cuenta que en el mundo unos 5 mil millones de personas no tienenacceso a Internet. Sin embargo Cuba prepara para esta contingencia a las nuevas generaciones,baste decir que más de 11 mil alumnos se instruyen en los centros deestudios de la Educación Superior con un alto nivel profesional, en losInstitutos Politécnicos de Informática, donde estudian 38 mil jóvenes de laEnseñanza Media y los más de 600 Joven Club de Computación, a todo lo largodel país, donde se han capacitado más de un millón de cubanos de todas lasedades. En Cuba existen 146 escuelas radicadas en los rincones más apartados delpaís a las que asiste un solo alumno, y todas disponen de un ordenador. Estoes una realidad, sin contar los numerosos Ciber Café, las Facultades deMedicina, Centros de las Ciencias, la prensa y otras instituciones de lasociedad. Tanto estudiantes como ciudadanos simples tienen acceso a los cursos dondese imparten diversos niveles que adiestran a los interesados en aprender lossistemas, técnicas y el uso de las computadoras para luego aplicarlos en susrespectivos centros de trabajo o de estudios. Una manera de incorporarse a este quehacer y conocer el amplio mundo de lastecnologías comunicativas y las técnicas de navegación en la Internet, queaquí fue posible a partir de 1996 pues antes no pudo ser porque una cláusuladel bloqueo económico impuesto por el gobierno de Estados Unidos le impedíaal país tener acceso a la red internacional. Pero aún el acceso cubano está condicionado por la Ley Torricelli que pactaque cada megabit comprado a una empresa estadounidense debe recibirpreviamente la aprobación del Departamento del Tesoro. Cualquier violadorestá sujeto a sanciones estrictas. Y si a esto se suma que más del 80 porciento del tráfico de Internet pasa por servidores estadounidenses se tendráuna idea de los límites y las consecuencias de un control puramentearbitrario. A esto se une que la Administración de la Casa Blanca niega a Cuba el uso desu cable submarino de fibra óptica que rodea el archipiélago, así la Islaestá obligada a conectarse vía satélite, lo cual implica poca velocidad dela comunicación y el precio de pago se multiplica por cuatro. Otros de lostantos obstáculos es también que las computadoras y otros accesorios seadquieren por terceros países debido a las sanciones económicas, lo cualacrecienta el precio de la nueva tecnología. Esa es la realidad de la Internet en Cuba. No otra, a pesar de todos losesfuerzos que realiza el gobierno cubano por generalizar los conocimientos yel acceso al ciberespacio, sobre el cual se ha ganado mucho terrenoponiéndolo a disposición de las escuelas, institutos universitarios ycentros con niveles de investigación. Una manera de ganar otra batalla más frente a los obstáculos que impone elbloqueo. A pesar de todo esto, cada vez más cubanos entran al ciberespacioaunque algunos pretendan negarlo y otros, a limitarnos el paso hacia lamodernidad universal.

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