viernes, 1 de agosto de 2008

La Revolución, 55 años después del Moncada por Saul Landau‏

La Revolución, 55 años después del Moncada Por Saul Landau No se puede construir el socialismo en un solo país, gritaban losrevolucionarios por gran parte de Europa mientras los bolcheviquestomaban el poder en 1917. En cuatro años, bajo el liderazgo de Lenin,la audaz insurrección se había extendido hasta los últimos rinconesdel imperio zarista. Pero los intentos por duplicar el primerderrocamiento del capitalismo fracasaron en otros países europeos.Para 1921, el socialismo comenzó a desarrollarse en un solo país, lamayor masa de tierra del mundo. La Unión Soviética perduró durante 70años como una economía dolorosamente ineficiente dirigida por elestado y una sociedad represiva, hasta que hizo implosión. Para mediados de la década de 1980, las revoluciones china yvietnamita ya habían comenzado a transformarse en economíascapitalistas dirigidas por partidos comunistas que pregonan suadhesión al socialismo. Sin embargo, el socialismo cubano permaneció siendo singular,rechazando comprometer lo que sus líderes definían como principiosbásicos, sin permitir instituciones capitalistas. Ahora, al llegar asu cincuenta aniversario, envejecidos revolucionarios conmemoran habersobrevivido la hostilidad constante del vecino más peligroso ycapitalista del mundo. Cuando el tío rico soviético se desplomó en1991, Cuba parecía condenada. La seguridad nacional de Washington celebró. En fiestas de oficinas, los "expertos" hacían apuestas acerca decuántas semanas --o meses, cuando máximo-- podría aguantar Castro. Amedida que pasaron los años y ninguna oposición interna amenazó alliderazgo comunista, a pesar de la aprobación de dos leyes diseñadaspara endurecer el ya duro embargo --Torricelli (1992) y Helms-Burton(1996)-- Washington simplemente continuó echando espuma por la boca ydedicándose al hostigamiento mezquino. Al igual que sus predecesores, W. Bush prometió que él liberaría aCuba. Es más, él estaba muy endeudado con los combativos exiliados quehabían contribuido con su campaña y ayudado a detener el conteo devotos en la Florida. Bush alardeó y luego aprobó nuevas reglas tontaspara "castigar a Fidel" --como limitar las remesas y hacer másestricta la prohibición de viajar a Cuba a los cubanos residentes enEEUU. Llegó a anunciar que controlaría la transición en Cuba --unatransición que ocurriría sin Fidel, Raúl ni el socialismo. Los planes de transición de Bush siguieron sin ser leídos niaplicados. Fidel fue hospitalizado en julio de 2006 y cediótemporalmente el poder a Raúl, luego renunció como presidente enfebrero de 2008, después de ser el "máximo líder" durante más de 49años. A medida que académicos bien remunerados --por el gobierno deEEUU-- publicaban tomos acerca de cómo debía ocurrir la transición,Cuba realizó una tranquila transición. En febrero de 2008, como era deesperar, la Asamblea de Cuba eligió a Raúl como el nuevo presidente. El socialismo cubano sobrevivió, pero sus problemas aumentaros, tantodebido a la desaparición de la URSS como por la aparición de agudascontradicciones en el "período especial" que sobrevino a esadesaparición. Los cubanos tuvieron que violar principios éticosbásicos para poder sobrevivir. "Cada cual para sí" reemplazó a larepartición colectiva. La moral socialista, que ya se había debilitadoen la década de 1980 debido a la inflexible burocracia y a unaespantosa ineficiencia económica, se desgastó a ojos vista. En 1991 elestado se vio forzado a retractarse de importantes cláusulas en sucontrato social con el pueblo. Ya no podía garantizar a todos unadieta adecuada, empleo verdadero o muchos de los beneficios que sololos cubanos disfrutaban: permaneció la vivienda gratuita, pero lacantidad de alimentos subsidiados por persona se redujo drásticamente. Mientras el comercio exterior de Cuba descendió en casi 30% y el nivelde vida también cayó con él, los cubanos comenzaron a adoptar"chanchullos de supervivencia". La compra y venta ilegales paraobtener ciertos artículos se convirtieron en patrones diarios decomportamiento, algo que no es precisamente un estimulo para manteneruna alta moral socialista. Adicionalmente, Cuba legalizó el dólar y adoptó el turismo extranjerocomo su dudoso ingreso principal. Mientras lo hacía, la pandilla deexiliados que se habían dedicado a la violencia en décadas anterioresregresaron con ataques armados cada vez más feroces. Para 1997 sehicieron frecuentes las bombas en hoteles y lugares turísticos. En unode los sabotajes murió un italiano, turista y hombre de negocios.Según el razonamiento de los financieros en Miami de los ataques, laviolencia contra las instalaciones turísticas amenazaría la frágilbase de la mayor fuente de ingresos de Cuba. El gobierno norteamericano respondió a los ataques terroristas contraCuba con la inacción. Es más, en 1988 Cuba entregó al FBI una grancantidad de materiales para arrestar a los perpetradores, pero el Buróarrestó a las fuentes de información, cinco agentes de la inteligenciacubana que se habían infiltrado en las violentas pandillas. En Miami,donde un juicio justo es tan frecuente como que vuelen los cerdos, loshombres fueron condenados y sentenciados a largas penas de prisión. Los cuidadores de la llama imperialista de Washington --en el caso deCuba ellos antecedieron a la Doctrina Monroe-- no permiten ladesobediencia. Solo un hombre se ha ganado el puesto en el LibroGuinness de los Records por su medio siglo de resistencia a losdictados de EEUU. Como demuestra toda la palabrería del poderosocabildo anti Castro, la súper emite no perdona al hombre que encincuenta años de Revolución cubana dirigió la lucha de resistencia enLatinoamérica, una región que la mayor parte del mundo suponíaautomáticamente que "pertenecía" permanentemente a la esfera de EEUU.En la actualidad, los hijos ideológicos de Fidel gobiernan países, yalgunos de sus primos lejanos dirigen otros. Aunque la Casa Blanca dedicó bastante tiempo a "odiar" al líder cubanodestructor de la Doctrina Monroe, hizo poco por conocer a su enemigo.La pequeñísima izquierda norteamericana dedicó horas interminables ala discusión de los hechos y significados de la revolución cubana,pero el gobierno de EEUU imito el modelo de los reyes Borbones deFrancia: ni aprenden ni olvidan nada. A partir de 1959, por ejemplo, Estados Unidos importó gustosamente alos opositores de Fidel. Esta política continúa. Como señalóproféticamente Nelson Valdés, un investigador y experto en asuntoscubanos de la Universidad de Nuevo México, la política norteamericanacontinúa ordenando a sus funcionarios que cultiven la disidencia enCuba con el propósito de desestabilizar el régimen. Luego Washingtonconcede visas a estos supuestos agitadores para que venganpermanentemente a Estados Unidos y se unan a las filas del exilio. De manera similar, Washington comparte con los exiliados violentos unaobsesión común por Fidel --lo cual dificulta pensar con claridad.Fíjense de qué manera el lenguaje que promueve las leyes anti-Cuba seha centrado en "castigar a Castro", al cual, como resultado, nunca leha faltado un plato de comida ni una oportunidad conyugal. Los hechos raramente han sido parte de las discusiones políticas. Así,el comportamiento de EEUU no desarrolló síntomas de realidad. Laignorancia premeditada, nunca mayor que en los últimos ocho años,contribuyó a la retórica vocinglera --griten a todo pulmón y no llevengarrote--y a políticas que no tienen sentido, excepto para la pequeñapandilla de línea dura del exilio cubano en el Sur de la Florida. Sin embargo, la ineptitud de EEUU no soluciona los problemas de Cuba.Los envejecidos revolucionarios cubanos, no importa cuán frustradospor las vicisitudes de la vida diaria, pueden enorgullecerse de haberalcanzado sus objetivos. Cuba obtuvo su independencia después denumerosas guerras y alzamientos desde la década de 1860. Cuba defendiósu revolución durante cincuenta años en contra de la constanteagresión de EEUU. Cuba estableció un sistema de justicia social y dederechos --el derecho a comer, a tener una vivienda, a los cuidadosmédicos, a la educación, etc. Como una especie de salsa sobre la carnedel éxito, los cubanos bailaron --y lo siguen haciendo al ritmo delmambo-- en el escenario del mundo como libertadores de partes deÁfrica, liquidadores de la Doctrina Monroe, suministradores de equiposmédicos de emergencia que salvaron a paquistaníes, hondureños y muchosmás de los efectos de desastres naturales. Médicos cubanos devuelvenla visión a incontables personas del Tercer Mundo. Los artistas,atletas y científicos cubanos han grabado su nombre en las páginas dehonor del talento en todo el mundo. Sin embargo, una buena parte de los cubanos más jóvenes comparan suvida presente con las glorias pasadas. Aunque poseen una buenaeducación, altos niveles de entrenamiento y buena salud, consideranque merecen mejores empleos. Pero esos buenos empleos son escasos enla isla y un típico joven cubano se encogerá de hombros y dirá: "Noveo mucho futuro para mí aquí." Independientemente del descenso de la moral en un sectorsignificativo, Cuba se enfrenta a una dramática carencia de maestros--8 000 según cifras oficiales--, un sistema agrícola que obligó algobierno a importar más del 70% de sus alimentos el año pasado, unaestructura salarial que no tiene mucho sentido cuando se mide contrala productividad o la justicia, y una Habana parásita de 2 millones dehabitantes que producen poco y consumen mucho, aunque no tanto como quisieran Bajo Raúl y con Fidel como apoyo literario, el Partido Comunista deCuba ha comenzado a enfrentarse a estos retos, Para ofrecer a las másjóvenes generaciones el sentido de optimismo que enmarca el futuro enuna brillante oportunidad en vez de en una oscura incertidumbre, RaúlCastro ha iniciado un proceso de reforma --incluyendo lademocratización del propio Partido-- que implica la necesidad dereflejar opiniones diversas. "En 1994", dijo Raúl en TV, "el momento más crítico del PeríodoEspecial, se hicieron muchos ajustes para la reducción y fusión deinstituciones, así como para la redistribución de tareas previamenteasignadas a algunas de ellas. Sin embargo, esos cambios se realizaroncon la premura impuesta por la necesidad de adaptarse rápidamente auna situación radicalmente diferente, muy hostil y extremadamente peligrosa." El 11 de Julio pronunció un discurso en el que ofrecía planesespecíficos para enfrentar multiples asuntos que han permanecido sinatención en la Isla. Los que han observado a Cuba y visto algunos desus programas inspiradores le deseará toda la suerte democrática ysocialista del mundo. La necesitará, así como los ingresos queprovengan de las reservas de petróleo recientemente descubiertas enlos mares de Cuba.

No hay comentarios: