A 16 años del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, su sucesor Juan Sandoval Íñiguez dijo que por demandar justicia se ha enfrentado a la persecución de quienes participaron en el crimen, y denunció que al gobierno no le interesa esclarecer el homicidio.
En un mensaje difundido por la Arquidiócesis de Guadalajara, el cardenal Sandoval Iñiguez consideró que su labor como sucesor no ha sido fácil, sobre todo porque no siente el apoyo de la sociedad tapatía.
Puntualizó: “Ha sido difícil porque he enfrentado una persecución, por parte de quienes participaron en el crimen, a veces abierta y otras solapada. De parte de la sociedad en Jalisco he encontrado un silencio sepulcral, no sé si calificarlo como un silencio cómplice. Algunos jaliscienses hablan, pero ante los medios, en público, hacen como que no pasó nada”.
Al referirse a la situación jurídica del caso Posadas Ocampo, el cardenal afirmó que se continúa trabajando: “Se sigue buscando acá y allá, exigiendo que se esclarezca, porque al gobierno no le interesa resolverlo, no sé si porque no quieren meterse en dificultades, si tienen compromisos políticos, o qué se yo”.
El único jerarca católico que ha mantenido la denuncia de que fue un crimen de Estado, señaló que quienes conocieron al cardenal Posadas Ocampo “lo recuerdan como un hombre bondadoso y tranquilo, un hombre de Dios y un buen pastor”.
Sandoval Íñiguez exhortó a los tapatíos a exigir que se diga de manera oficial la verdad sobre el asesinato de su antecesor.
El sacerdote Manuel Olimón afirmó que la revelación del ex presidente Miguel de la Madrid de que la familia Salinas de Gortari tenía vínculos con el narcotráfico, refuerza la tesis de que el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo fue víctima de un complot de Estado.
El cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo fue asesinado el 24 de mayo de 1993 en el aeropuerto de Guadalajara, donde acudió para recibir al nuncio apostólico Girolamo Prigione. Las autoridades aseguran que fue confundido con Joaquín El Chapo Guzmán. México. Eugenia Jiménez
En un mensaje difundido por la Arquidiócesis de Guadalajara, el cardenal Sandoval Iñiguez consideró que su labor como sucesor no ha sido fácil, sobre todo porque no siente el apoyo de la sociedad tapatía.
Puntualizó: “Ha sido difícil porque he enfrentado una persecución, por parte de quienes participaron en el crimen, a veces abierta y otras solapada. De parte de la sociedad en Jalisco he encontrado un silencio sepulcral, no sé si calificarlo como un silencio cómplice. Algunos jaliscienses hablan, pero ante los medios, en público, hacen como que no pasó nada”.
Al referirse a la situación jurídica del caso Posadas Ocampo, el cardenal afirmó que se continúa trabajando: “Se sigue buscando acá y allá, exigiendo que se esclarezca, porque al gobierno no le interesa resolverlo, no sé si porque no quieren meterse en dificultades, si tienen compromisos políticos, o qué se yo”.
El único jerarca católico que ha mantenido la denuncia de que fue un crimen de Estado, señaló que quienes conocieron al cardenal Posadas Ocampo “lo recuerdan como un hombre bondadoso y tranquilo, un hombre de Dios y un buen pastor”.
Sandoval Íñiguez exhortó a los tapatíos a exigir que se diga de manera oficial la verdad sobre el asesinato de su antecesor.
El sacerdote Manuel Olimón afirmó que la revelación del ex presidente Miguel de la Madrid de que la familia Salinas de Gortari tenía vínculos con el narcotráfico, refuerza la tesis de que el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo fue víctima de un complot de Estado.
El cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo fue asesinado el 24 de mayo de 1993 en el aeropuerto de Guadalajara, donde acudió para recibir al nuncio apostólico Girolamo Prigione. Las autoridades aseguran que fue confundido con Joaquín El Chapo Guzmán. México. Eugenia Jiménez
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