miércoles, 4 de junio de 2008

■ Socios y aliados

Por sus aliados los conoceréis: las supuestas pataletas del mexico-hispano Juan Camilo Mouriño forman parte de un libreto general diseñado por los productores Casa Blanca-Pentágono para enfrentar a los congresistas estadunidenses que están poniendo peros al plan imperial de toma de control de México por la vía de la “guerra” al narcotráfico. Tan faltas de verdadero sentido patrio han sido las palabras del secretario de firmas de la Gerencia de la República que en lugar de rechazarlas y combatirlas –como la historia nos demuestra que ha sucedido en otros casos de genuinas defensas de intereses de países latinoamericanos–, varios funcionarios de la implacable administración de George Júnior se han mostrado solidarios con sus aliados calderónicos a los que no consideran respondones, insumisos ni peligrosos, sino entes sabios, valientes y valiosos que mucho están ayudando a los intereses gringos.

En ese tenor de solidaridad gringa con la pantomima de Juan Camilo, la actual encargada de la DEA, Michelle Leonhart, por ejemplo, ha dicho que Estados Unidos nunca había tenido un socio como Calderón, que este personaje “es un éxito” en la lucha contra el tráfico de estupefacientes y que si actualmente se ve México como “un caos” es porque la guerra a las mafias “está funcionando, y funcionando como nunca antes”.
El llamado zar antidrogas del vecino país, John Walters, llegó al extremo incluso de acusar a los legisladores estadunidenses de “sabotear” la relación con México al condicionar la tal Iniciativa Mérida a que acá se hagan ciertos cambios legales y constitucionales y se garantice que no habrá corrupción en el manejo de los dólares suministrados ni violaciones a los derechos humanos.
Así engallado, creyente de que la desmemoria nacional le permitirá asumirse nuevamente como presunto secretario de Gobernación, Mouriño se lanzó ayer contra la consulta ciudadana que organiza Marcelo Ebrard en la capital del país sobre el tema petrolero. Que esa forma de participación ciudadana no está en la Constitución, dice con espectacular desparpajo el violador frecuente de normas jurídicas mexicanas.

En Oaxaca, mientras tanto, el licenciado FC confirmó su postura de firme alianza con el gobernador URO (¡que nadie culpe a esta columna de promover escatología política con el uso de iniciales: esas son y así se reproducen en esta higiénica sección!) En medio de la protesta magisterial creciente, con el uso criminal de los recursos públicos para tareas de sostenimiento del repudiado mandatario (se habla de Ulises) y para beneficio económico de la camarilla gobernante (se continúa hablando del estado sureño), el panista que ocupa la Presidencia de la República se aventó la puntada de hacer votos (¡gulp: es una licencia literaria, no una insinuación de mapachería rumbo al 2009!) en el sentido de que “la pobreza extrema en México tiene que pasar a la historia, tiene que pasar al pasado”.
El Cordero de Sedeso, que quita los pecados del uso electoral de los recursos asistenciales, asentía complacido, al igual que el nada servil Ruiz Ortiz que elogió “los pantalones” de Felipe para castigar represiones contra el puebl... no, perdón, para encontrar a los desaparecidos del EPR y castigar a los gubernamentales secuestrad... no, perdón, pantalones para enfrentar al narcotráfico, sí señor.

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