miércoles, 4 de junio de 2008

Julio Hernández

A la hora de cerrar esta columna, Barack Obama estaba en ruta de conseguir el número de delegados que lo convertirá en candidato a presidente de Estados Unidos. Los políticos del Partido Demócrata suelen tener posiciones que parecen más aceptables a los intereses latinoamericanos en general y a los mexicanos en particular, aunque en un plano global pocas son las diferencias de fondo que, por el hecho de provenir de filas republicanas o demócratas, presentan los mandatarios de la potencia (ahora peligrosamente en declive). Sin embargo, el hecho de que Obama pudiera ser el primer presidente negro de Estados Unidos hace a ciertos segmentos abrigar esperanzas de cambios relacionados con las minorías raciales, entre ellas la de los mexicanos indocumentados. Falta ver el comportamiento de los violentos grupos que proclaman supremacías blancas y de los consorcios dominantes a los que no interesa el color de la piel, sino los compromisos de respeto a los privilegios de esas trasnacionales. También resta saber en qué quedarán las ambiciones de Hillary Clinton, que ya está dispuesta a ocupar la vicepresidencia de la planilla demócrata...


Luz María Escobedo escribe (confiesa que es una forma de desahogo) desde Cuernavaca, donde es brigadista contra la privatización petrolera: “... temo que dado que la mayoría de nuestro pueblo tiene cultura de televisión, y dada la manipulación tan grande de Televisa, ganen en la consulta quienes se han creído las mentiras del gobierno espurio, creyendo que es lo mejor para nuestro país. Muy astutamente los han distraído con López Obrador, haciendo creer que él quiere sacar algo de todo esto, cuando es al contrario, pues él está arriesgando su capital político y no es él quien quiere hacerle daño a nuestro país (...) He perdido además toda la confianza en el PRD y más en quienes ahora se atribuyen que ganaron la elección, Graco Ramírez, los Chuchos y hasta Carlos Navarrete, a quien le tenía mucho respeto, y desconfío mucho en que ahora ellos quieran estar al frente de este movimiento que inició López Obrador, y con él millones de mexicanos a quienes nos robaron la esperanza con la elección y ahora lo que nos pertenece como nación”...


Y, mientras en el PRI se debaten las posiciones de quienes desean jugar el papel de acompañantes del panismo en la búsqueda de privatizaciones petroleras que favorezcan a los jefes de grupos dominantes del tricolor, y de quienes creen necesario defender la propiedad estatal de ese petróleo, con adecuaciones que no signifiquen abrir puertas a capitales privados, en especial a los extranjeros, ¡hasta mañana, en esta columna minera que sí toma nota!

No hay comentarios: