martes, 21 de octubre de 2008

Se duplicó en seis años el número de adictos a drogas, señala el Injuve-DF

Raúl Llanos Samaniego
En los seis años anteriores, la cifra de adictos a algún tipo de droga se duplicó, tanto en la ciudad de México como en el país, aseguró el Instituto de la Juventud del Distrito Federal (Injuve).
Indicó que el número pasó de 200 mil a 400 mil, y este fue uno de los argumentos para pronunciarse en contra de la iniciativa de reformas a la Ley General de Salud, promovida por el diputado local del PRD Víctor Hugo Círigo, para legalizar el consumo de la mariguana.
El Injuve destacó que otro factor en contra de la legalización es que la capital carece de un sistema institucional de atención a los adictos –prácticamente es cero la inversión pública en este rubro–, lo que lleva a que sólo tres de cada 10 jóvenes que se ven involucrados en el consumo de drogas, logren su rehabilitación total.
Se requieren más clínicas de tratamiento, más campañas de prevención de la farmacodependencia, y eso es lo primero que debió haber considerado el legislador de Nueva Izquierda, antes de hacer el planteamiento.
Detalló que en el Distrito Federal se tiene una clínica de ese tipo en la zona de Potrero, pero atiende a 25 jóvenes, y en el caso de los Centros de Integración Juvenil (CIJ), éstos reciben menos de 50 millones de pesos al año, y solamente tuvo en todo el país 500 tratamientos”.
De hecho, calificó tal iniciativa como “superficial y frívola”, que no resuelve el problema del consumo de drogas, pues busca incidir en el mercado de ese tipo de sustancias y no, como tendría que hacerlo un gobierno de izquierda, en la atención a la gente, en la prevención, en el tratamiento de la misma adicción, porque de otra manera los únicos beneficiados serían las mafias que manejan los estupefacientes, quienes verían que hay mayor permisibilidad social a ese fenómeno.
Señaló que si el argumento de Círigo es legalizar la mariguana por cuestiones terapéuticas, pues que se haga lo mismo con la morfina, la cocaína, el peyote, las cuales –según estudios científicos– han demostrado que también tienen propiedades curativas muy fuertes. “Entonces, legalicen todo”, retó el director del instituto, Javier Hidalgo.
Más adelante, precisó que 80 por ciento de los delitos que se cometen en esta ciudad es con el influjo de algún estupefaciente, y de este universo, 50 por ciento de la gente que incurre en esos ilícitos fue ingerir sustancias ilegales.
Dijo que si la familia de un adicto tiene dinero puede ir a Oceánica o a Monte Fénix, pero sin recursos va a los anexos de las clínicas que operan por la voluntad de los propios adictos en curación, y que si bien su actividad es loable, es también muy limitada.

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